Cuando el VAN de una inversión es positivo, también lo es su Relación Beneficio/Inversión; por tanto, la viabilidad de un proyecto puede definirse tanto en términos de VAN positivo como de Relación Beneficio/Inversión positiva.
4. Plazo de Recuperación
También llamado Pay-back de una inversión, es el número de años que transcurren desde el inicio del proyecto hasta que la suma de cobros actualizados se hace exactamente igual a la suma de los pagos actualizados. Dicho en otras palabras, nos indica el momento de la vida de la inversión en que el valor actual neto de la misma se hace cero. A partir de dicho momento, si los cobros superan a los pagos, conforme transcurran años se irán generando incrementos positivos en el VAN de la inversión.
El Plazo de Recuperación, a diferencia del VAN o de la Relación Beneficio/Inversión, no proporciona información acerca de la rentabilidad absoluta o relativa de la inversión, ni proporciona ningún criterio para definir la viabilidad de la misma. Este concepto simplemente indica que, a igualdad de otras circunstancias, la inversión es más interesante cuanto más reducido sea su plazo de recuperación. Además, el plazo de recuperación indica el año a partir del cual el inversor irá obteniendo rendimientos positivos. Por todo ello, la información proporcionada por este nuevo concepto puede considerarse un buen complemento de la proporcionada por el VAN y por la Relación Beneficio/Inversión.
Para calcular el Plazo de Recuperación basta con ir acumulando año por año los flujos de caja actualizados. De esta manera, en el caso de que el pago de inversión no esté fraccionado, se obtiene una serie de valores tal como indica el cuadro:
El primer signo positivo de la columna de los flujos de caja acumulados nos indicará el valor del plazo de recuperación de la inversión medido por exceso, y el último signo negativo su valor medido por defecto. El verdadero valor del plazo de recuperación estará comprendido entre los años correspondientes al último signo negativo y al primer signo positivo. Si el pago de inversión está fraccionado, la serie de valores que permiten determinar el valor del plazo de recuperación será:
La principal debilidad de este criterio consiste en que no se tenga en cuenta en su medida la rentabilidad de los flujos de caja generados después del plazo de recuperación.
Los criterios de evaluación de inversiones que se han desarrollado hasta ahora tienen una característica común: su valor depende de que tipo de interés es el elegido para efectuar el cálculo; es decir, para cada valor que se dé al factor que realiza la homogeneización de los flujos de caja se obtendrá un VA, un VAN, una Relación Beneficio/Inversión y un Plazo de Recuperación distintos.
La relación que existe entre el Plazo de Recuperación y el tipo de interés es creciente, es decir, para valores mayores del tipo de interés se necesita un plazo de tiempo superior para recuperar el pago de inversión realizado. Por el contrario, la relación que existe entre el VA, el VAN y la Relación Beneficio/Inversión con el tipo de interés, es de tipo decreciente, es decir, al aumentar el tipo de interés, los valores del VA, del VAN y de la Relación Beneficio/Inversión disminuyen. En función de ello, existirá un tipo de interés al que podemos denominar i* a partir del cual la inversión no es viable, o lo que es lo mismo, la inversión resultará viable para tipos de interés comprendidos en el intervalo (0, i*), así este valor i* de los tipo de interés jugará un papel fundamental en la evaluación de inversiones.
CRITERIO DE LA TASA INTERNA DE RENDIMIENTO (TIR)
Aquí plantearemos la inversión como si fuese un préstamo que un cierto agente económico (inversor) hace a un ente abstracto (el proyecto); el prestamista presta al prestatario K unidades monetarias en el momento presente. El proyecto de inversión se compromete a devolver al inversor al final de cada año y durante n años las anualidades R1, R2,..., Rn. Planteada la inversión en estos términos, puede resultar muy útil determinar el tipo de interés que obtiene el prestamista por su préstamo. Este tipo de interés constituirá una especie de indicador de la eficacia que ha tenido la inversión para el inversor (Romero, 1988; Alonso, 1992; García García, 2001). Si este tipo de interés fuese ¿ en caso de que el pago de inversión no estuviese fraccionado, debería satisfacerse la siguiente ecuación:
A este valor (¿) se le conoce con el nombre de Tasa Interna de Rendimiento de la inversión o, de un modo más abreviado, TIR de la misma. El calificativo de interna que recibe esta tasa se debe a que se trata de un tipo de interés cuyo valor viene determinado única y exclusivamente por las variables endógenas que definen la inversión y no por ninguna variable exógena a la misma.
Por otra parte, si comparamos la ecuación del TIR con la del VAN, observamos que ¿, además de ser la tasa interna de la inversión, tiene la propiedad de hacer 0 el VAN; es decir, si se procediese a actualizar los flujos de caja generados por la inversión a razón de un ¿ por uno, el VAN se anularía.
De lo anterior se deduce que el tipo de interés i* que introdujimos antes y que establece el límite máximo de viabilidad, coincide con el valor TIR de la inversión. Por ello, el concepto de tasa interna de rendimiento permite dar una nueva definición al concepto de viabilidad financiera de un proyecto de inversión; así, una inversión es viable cuando su tasa interna de rendimiento excede al tipo de interés al cual el inversor puede conseguir recursos financieros, pues en este caso se puede realizar el proyecto tomando en préstamo K unidades monetarias a interés compuesto del i por uno, quedándole todavía al inversor una ganancia adicional del ¿-i por uno.
Resumiendo, la decisión de acometer o no un proyecto, o lo que es lo mismo, de realizar o no una inversión puede esquematizarse de la siguiente forma:
- Si ¿ < i, el proyecto no es rentable, resultando así más interesante prestar las K unidades monetarias a devolver en n años al i por uno.
- Si ¿ > i, la inversión es rentable en principio y puede ser interesante su ejecución desde un punto de vista financiero.
En el caso de que el pago de inversión esté fraccionado a lo largo de los m primeros años de la vida del proyecto, la ecuación se transforma en:
Al llegar a este punto del análisis, y según se deduce de las expresiones, para obtener el TIR de una inversión es necesario resolver una ecuación de grado n, siendo n la vida de la inversión. Por tanto, en principio, existirán tantas tasas internas de rendimiento como raíces tenga la ecuación; es decir, tantas tasas como años de vida tenga la inversión.
INFLUENCIA DE LA INFLACIÓN Y DEL RIESGO EN LOS MÉTODOS DE EVALUACIÓN DE INVERSIONES
La consideración de la inflación y del riesgo en el análisis de inversiones supone, de hecho, el levantamiento de hipótesis básicas de partida.
La inflación es la subida general del nivel de precios, o lo que es lo mismo, una disminución del poder adquisitivo del dinero. Un procedimiento sencillo para ver su incidencia es considerar que la inflación no es demasiado intensa. Supongamos que la inflación hace aumentar los flujos de caja un tanto por uno q acumulativa anual; la expresión que nos da el Valor Actual de la inversión se convierte en:
o lo que es lo mismo
Realicemos el siguiente cambio de variables:
Despejando µ obtenemos:
Como q es un número muy pequeño (siempre que, como en el supuesto de partida, la inflación sea moderada), puede despreciarse a efectos de cálculo el denominador de la anterior expresión, por lo que finalmente tendremos:
A efectos prácticos, y según la expresión obtenida, este procedimiento puede aplicarse cuando la tasa de crecimiento inflacionario de los flujos de caja no supere al tipo de interés a largo plazo; así, diremos que la inflación no es demasiado intensa cuando sea inferior a aquel tipo de interés.
En el caso hipotético y poco probable de deflación moderada, q sería negativo, pero la conclusión análoga. El principal obstáculo para aplicar en la práctica este procedimiento estriba en como determinar el valor de q. Se puede estudiar, por ejemplo, la evolución histórica de este parámetro, con el objeto de extrapolar a corto plazo su tendencia. En este sentido, puede ser conveniente desdoblar el análisis, considerando una tasa qc de crecimiento de cobros y una tasa qp de crecimiento de los pagos; extrapolando ambas tasas por separado, se han hecho otros intentos de llegar a fijar la tasa q, sin embargo, no deja de ser un parámetro muy subjetivo.
Asimismo, si los flujos de caja crecen a una tasa q anual acumulativa, la ecuación que nos da la tasa interna de rendimiento, se convierte en:
Si realizamos los mismos cambios de variables que en el caso del VAN, obtenemos la siguiente expresión:
Luego si deducimos la tasa interna de rendimiento de la anterior ecuación, donde no se tiene en cuenta el posible crecimiento de los flujos de caja, cometeremos un error por defecto, ya que el valor aproximado del TIR es:
Analicemos ahora el riesgo. Por este concepto entendemos las posibles variaciones de los flujos de caja que se pueden originar y modificarán la rentabilidad de la inversión. En este sentido, podemos movernos entre la certeza absoluta o una total incertidumbre.
Una de las formas de introducir el riesgo en los criterios de evaluación de inversiones consiste en ajustar el tipo de capitalización a aplicar, es decir, esta tasa debería incrementarse en función de la tasa de riesgo prevista. Sin embargo, la dificultad estriba en calcular esa tasa o prima de riesgo (p). Así, el VAN vendría dado por la siguiente expresión:
o lo que es lo mismo
Siendo s = i + p
Un procedimiento alternativo consiste en ajustar, en función del riesgo, los flujos de caja esperados. El flujo de caja esperado en cada período se multiplica por un coeficiente aj (que toma valores entre 0 y 1) y cuyo valor depende del riesgo inherente al período considerado j. El valor deaj será inversamente proporcional al riesgo del flujo de caja. En este caso el VAN adoptaría la expresión:
o lo que es lo mismo
Otra alternativa sería sustituir los flujos de caja de cada período por el intervalo de confianza (Rj ± ¿aRj), y considerando la situación más desfavorable, que es cuando se considera el extremo inferior del intervalo, se tiene para los flujos de caja:
Siendo s > i
Sin embargo, todos los métodos que podamos aplicar adolecen de un elevado grado de subjetividad, ya que siempre se necesita fijar a priori alguno de los valores que intervienen en el cálculo.
EL ANÁLISIS DE SENSIBILIDAD EN LA EVALUACIÓN DE INVERSIONES
El análisis de sensibilidad tiene por objeto cuantificar las repercusiones que sobre la viabilidad y/o rentabilidad de las inversiones se producen por variaciones de los parámetros que las definen (Alonso e Iruretagoyena, 1992; Romero, 1993; García García, 2001):
- Pago de inversión, K.
- Vida del proyecto, n.
- Flujo de caja, R, y dentro de él:
- Precios de venta
- Cantidades producidas o vendidas.
- Pagos y cobros ordinarios y extraordinarios.
- Tipo de capitalización elegida correcta y corregida del efecto de la inflación.
Con el uso del análisis de sensibilidad se plantea el problema de forma más realista, levantándose las hipótesis inicialmente establecidas. Si, por ejemplo, pequeñas variaciones de un parámetro dan lugar a alteraciones de la decisión, se dice que la inversión es sensible a alteraciones de dicho elemento. Los análisis de sensibilidad pueden llevarse a cabo por diferentes procedimientos que tienen en cuenta, en mayor o menor medida, la combinación de variaciones de una o varias hipótesis iniciales.
1. Establecimiento de parámetros máximos o mínimos compatibles con la viabilidad del proyecto
En este caso, se modifican los parámetros de manera individual, midiendo la rentabilidad obtenida. Por ejemplo:
Variación de K. Obtendremos el intervalo de variación de K dentro del cual la inversión resulta viable (VAN > 0), dicho intervalo será (0, Kmáximo). Por ejemplo, para el VAN será:
Variación de Pv. El planteamiento será obtener el valor mínimo para el precio de venta del producto que haga que la inversión resulte viable, o rentable en un rango de TIR preestablecido por el empresario.
Variación de i. Al ser el VAN una función inversamente proporcional a la tasa de capitalización i, el valor de la misma que anule al VAN (el TIR), será la tasa límite para aceptar o rechazar la inversión. Cuando i sea superior al TIR, la inversión dejará de ser viable.
2. Árbol de Decisión
Es un instrumento que nos permite tomar decisiones coordinando variaciones de diferentes parámetros y expresando estas diferentes combinaciones a modo de diagramas de flujos, conducentes a un resultado final. Para construir un árbol de decisión, se seguirán los siguientes pasos:
- Delimitación del problema.
- Establecimiento del árbol de decisión, teniendo en cuenta las variaciones máximas y mínimas de los diferentes parámetros.
- Obtención de los diferentes índices para cada una de las alternativas.
- Valoración de cada una de dichas alternativas.
3. Teoría de la regresión; construcción de modelos
Consiste en modelizar el valor de los criterios de medida de la rentabilidad de las inversiones con aquellos parámetros de la inversión que previamente se han sometido a un análisis de sensibilidad a través de un árbol de decisión. Del análisis de sensibilidad puede concluirse que, en sus diferentes modalidades, resulta útil para resaltar los errores que tienen mayor importancia en la evaluación de la inversión propuesta.
En el presente análisis económico-financiero el análisis de sensibilidad tiene por objeto cuantificar las repercusiones que sobre la viabilidad y/o rentabilidad de las inversiones se producen por variaciones de determinados parámetros que el usuario de la página Web puede manejar (tabla 2). En cualquier caso, la variable de superficie de cultivo tendrá un rango de validez para cada cultivo y variedad.
En cuanto a la mano de obra fija o personal fijo de la explotación hemos considerado una relación entre superficie de cultivo y la necesidad de 1 empleado fijo -1 empleado fijo ¿ X hectáreas- (tabla 3), que generalmente, en los rangos preestablecidos de tamaño de explotación, es el agricultor propietario o arrendatario de la tierra. En cualquier caso, dada la importancia económica de este pago ordinario en la corriente de cobros y pagos anuales, damos variabilidad a esta relación
Tabla 2. Variables que el usuario puede establecer
Tabla 3. Relación entre el nº hectáreas y la necesidad de 1 empleado fijo (Has/1 fijo)
* todos los cálculos en base sólo a mano de obra variable
EJEMPLO
Como ejemplo gráfico de la metodología seguida en los cálculos de viabilidad/rentabilidad en cada caso, mostramos a continuación los esquemas de las hojas de cálculo tipo empleadas en este estudio para un cultivo concreto (ciruelo).
Cjo: Cobros ordinarios de cada año (€)
CjoAct: Cobros ordinarios de cada año actualizados (€)
Cje: Cobros extraordinarios (€)
CjeAct: Cobros extraordinarios actualizados (€)
Pjo: Pagos ordinarios (€)
PjoAct: Pagos ordinarios actualizados (€)
Pje: Pagos extraordinarios (€)
PjeAct: Pagos extraordinarios actualizados (€)
Rj: Flujos de caja (€)
RjAct: Flujos de caja actualizados (€)
VAN: Valor actual neto (€)
Q: Relación Beneficio/Inversión (€/€)
PB: Plazo de recuperación (años)
TIR: Tasa Interna de Rendimiento (%)
Ko: Inversión inicial (€)
Cjo/m3: Cobros ordinarios del año medio en producción y sin financiación ajena por m3 de agua de riego consumida (€/m3)
B/m3: Flujo de caja bruto del año medio en plena producción y sin financiación ajena por m3 de agua de riego consumida (€/m3) |